2018 Diciembre, en la escuela de santa Rosa de Casares, cerrando el año, llevando algunos regalos mu
Al seguir con problemas nuestra camioneta, tuvimos que recurrir a otro vehículo para llegar Raulito y Edu al paraje Santa Rosa, en Casares. Recorrimos casi 200 kms en ruta y 35 en camino de tierra, en el atardecer de ese martes.
Estaba casi todo listo en la escuela para el acto de egreso de un alumnito de Jardín y seis de séptimo grado del Primario. Mucha gente que se distribuyó en varias mesas y que al comenzar el acto se acercaron para participar del mismo.
Palabras alusivas del maestro Jorge, descripción de lo realizado y recibido en el año por la institución, tanto del Gobierno, de nuestra fundación, y otros aportes que ayudaron a desarrollar el año lectivo. Un lindo clima de alegría se vivió particularmente cuando los egresados recibieron sus certificados y medallas, símbolos del logro de tanto esfuerzo.
Luego hubo varios números musicales, de baile y canto. Al finalizar el acto, todos fuimos a las mesas para compartir una muy rica cena, de comidas típicas de esta región del país.
Música y baile hasta bien entrada la madrugada, pocas horas de sueño, y volvernos a encontrar con la Comunidad educativa por la mañana para la entrega por parte de la fundación de premios e incentivos anuales.
Dormimos en una de las aulas un rato nomás, y nos despertamos con el día gris, y comenzó a llover cerca de las 7 de la mañana. Esto complicó las posibilidades de que los alumnos y sus familias se acerquen a la escuela, pero a media mañana nos sorprendió el cielo que se abría y el sol que salía, para secar los caminos casi inmediatamente. Muchos se pudieron acercar y más tarde este cambio nos permitió salir a la ruta.
A los chiquitos del Jardín les entregamos zapatillas para que sigan haciendo el esfuerzo de aprender y terminar su nivel de estudio. A los del nivel primario les entregamos por grado distintos incentivos: linternas para los alumnos de mejor asistencia; zapatillas para los que realizaron el mayor esfuerzo en el año; y unas zapatillas full para los chicos que fueron considerados los mejores alumnos de cada grado. A cada familia le entregamos un pesebre para que puedan llevar a sus casas y una bolsa navideña para que puedan compartir en la Nochebuena.
Sacamos muchas fotos muy contentos por el año compartido, rezamos juntos la oración del pesebre todos los presentes. Confeccionamos el remito de entrega de mercadería y luego almorzamos muy distendidos.
Con mucha emoción y agradecimiento por lo vivido, Raulito y Edu volvimos a Suncho Corral, donde llegamos bien entrada la tarde.